Desde hace más de 500 años en Helechosa de los Montes se celebra la representación de la lucha entre bien y el mal. Una tradición de origen medieval en la que los diablucos son figuras que encarnan el mal.
Los diablucos acompañados por el Corpus Christi como representación cristiana realizan una procesión con una máscara demoniaca y vestimenta roja, tocando tambores, cascabeles y castañuelas, danzando en torno al sacerdote que va bendiciendo cada altar presente en las calles. Al llegar al Altar Mayor los diablucos huyen debido a la Eucaristía como representación del triunfo del bien sobre el mal.
En la composición que propone el artista los diablucos rodean la custodia, están colocados sobre un fondo de la tela que protege la custodia durante la celebración de la procesión.