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Fiesta tradicional
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Valverde de Leganés

San Bartolomé fue uno de los primeros discípulos que eligió Jesús para predicar su doctrina. La tradición cristiana cuenta que en una "encarnizada batalla" derrotó al demonio (diablo), venciendo todas las tentaciones, engaños y superchería que le había presentado.

Valverde de Leganés, tiene por titular de su parroquia a San Bartolomé. Su día se celebra el 24 de agosto. Coincidiendo con la tradición que nos cuenta la victoria del santo sobre el demonio (diablo) y a las doce de la noche del 23 de agosto (comienzo del día de San Bartolomé), en nuestro pueblo existía una fiestra tradicional denominada como "La diabla", o mejor dicho: "La Fuga de la Diabla".

Son dos las teorías que fundamentan esta tradición: una de estas teorías rememora la matanza de protestantes calvinistas sucedida en la noche de San Bartolomé de 1572 durante las Guerras de Religión. Los católicos aprovecharon la oscuridad de la noche y se disfrazaron con ropas oscuras, las caras tapadas y se armaron de garrotes, horcas, cuchillos, etc.

La otra teoría se sustenta en la tradición cristiana. San Bartolomé fue acosado por el demonio con engaños y tentaciones entablándose una encarnizada batalla entre ambos, de la cual salió victorioso el santo. La tradición vuelve a enfrentar las dos fuerzas: la del mal representada por la Diabla, que se escapa. Y la del bien cuyo protagonista, San Bartolomé, la vuelva a capturar y hacerla de nueva cautiva bajo su custodia.

En esencia, los padres contaban a sus hijos que debían de ser buenos, obedientes, estudiosos, etc., porque en caso contrario, a esa hora de la noche se escapaba la Diabla y se los llevaría con él a la torre de la iglesia donde todo el año lo mantenía encerrado San Bartolomé, menos esa fatídica noche, en la cual esa maestra del engaño, la trampa, la mentira y la insidia, se las apañaba para burlar al confiado apóstol. Eso sí, al final de la noche, el apóstol vencía a la Diabla y nuevamente lo encerraba.

Había algunas personas que esa noche, vestidas con una falda larga y oscura, la cabeza tapada con un pañuelo negro, arrastrando cadenas y con una escoba, se lanzaban por las calles de nuestro pueblo, para que los niños comprobaran la veracidad de todo, y de vez en cuando daban escobazos en las puertas de las casas.

Hoy en día es llevado a cabo un gran espectáculo en el que durante la noche, la "Gran Diabla", tras escapar de la custodia de San Bartolomé, y acompañada por un séquito de guerreros y diablos, recorre calles y plazas sumidas en la oscuridad, sembrando de miedo y terror a propios y extraños, y haciendo del fuego su arma contra los "Altares de la Vida"  y elementos de la tierra que se habían colocado en un intento de ahuyentar y alejar a la Diabla. Una vez finalizado su recorrido por las calles de la villa, todo su séquito muestra su poder y veneración a la Diabla en un espectáculo de fuego y luchas contras las "Fuerzas del Bien".

En la Gran Batalla Final, la Diabla tendrá que enfrentarse a un ángel mandado por San Bartolomé para conseguir escaparse eternamente de su cautiverio, pero las "Fuerzas del Bien" acaban derrotando a la Diabla y es capturada y llevada cautiva a  la torre de la iglesia, celebrándose la victoria con una gran hoguera a cuyo alrededor danzan buenos y malos y numerosos público.

Varios miles de personas presencian los distintos episodios de esta fiesta, en cuyo montaje se sigue contando con los numerosos voluntarios y peñas juveniles y de amigos que colaboran en el desarrollo del espectáculo.

Desde el 13 de Mayo de 2016, "La Fuga de la Diabla" está declarada como Fiesta de Interés Turístico Regional.

La singularidad y participación caracterizan a esta fiesta donde niños y mayores recrean una parte de la historia de Valverde de Leganés.

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