Esta zona arqueológica se encuentra fuera de las murallas de Augusta Emerita, en una zona donde cohabitaron viviendas con espacios funerarios e industriales. Engloba dos casas: la Casa de la Torre del Agua, del siglo I a.C., y la Casa del Anfiteatro, que tuvo una vida algo más longeva, desde finales de siglo III a.C. hasta inicios del V d.C. Una vez se accede al recinto, lo primero que se observa es una construcción de planta rectangular en cuyo interior se decantaban de impurezas las aguas que llegaban de la conducción hidráulica de San Lázaro, que también podemos ver. Desde esta torre, partían dos ramales, uno orientado hacia los cercanos edificios de espectáculo y otro hacia la zona central de la ciudad. Un tramo de este último podemos verlo en la cripta del Museo Nacional de Arte Romano.