En la fachada destaca la portada de mármol blanco construida en el S. XVII y de estilo clasicista.
Presenta columnas estriadas sobre podium y está rematada por una estatua de San Agustín, pudiéndose observar a los lados de la parte superior los escudos de la ciudad de Badajoz y el del Obispo agustino Fray Agustín Antolinez.
Junto a la iglesia se ve un claustro, que es uno de los dos que se levantaron en el S. XVII. La construcción se completa con una esbelta torre que ha sufrido algunas alteraciones y con una cúpula. Existe la teoría de que este torreón podía ser el minarete de la mezquita mayor de Badajoz en época musulmana, sin que hoy existan datos que lo confirmen. Interiormente la iglesia de San Agustín es una de las más destacadas de la ciudad.