El hito constructivo más señalado de la localidad es la iglesia parroquial de San Lorenzo Mártir, que se sitúa en uno de sus extremos, ya casi en las afueras. En ella se distinguen dos partes bien diferenciadas: cabecera de enormes proporciones y nave mucho menor. A los pies se levanta una torre sin concluir, con almenas y somero campanario, cuyo nivel no alcanza la altura de la cabecera. En su base se abre una sencilla portada de ladrillo de factura mudéjar.