Otro hito religioso de interés, aunque de presencia más modesta, es el Antiguo Convento de Monjas Dominicas situado en la Plaza Vieja, con preciosa portada granítica a la que sirve de timbre un gran blasón episcopal. Actualmente es de Propiedad Particular, conservándose solamente la portada de todo el edificio.

Gracias al informe de Pascual Madoz, de 1845/50, sabemos que con la desamortización, las monjas (seis mujeres sin clausura) fueron exclaustradas. Décadas después se supo que las instalaciones del antiguo convento, fueron utilizadas como escuela privada de niños con 141 alumnos. Estos serían algunos de los diferentes usos de este antiguo edificio.

Según contó el actual propietario, el edificio del convento fue comprado por sus padres, hacia 1938, y la capilla dos años después. Lo que había sido convento está actualmente dividido en dos casas y se halla muy modificado, la antigua capilla, es actualmente el patio de una de estas casas. Según el mismo comunicante, el originario retablo de la capilla, es el actual retablo, del altar mayor de la parroquia de San Gregorio.

De la antigua composición espacial original, del conjunto de edificios que conformaban el convento, el cortinal y la capilla, que ocupaban buena parte de la manzana, hoy solo restan la portada de cantería que servía de acceso al torno del convento, el muro perimetral de la capilla, y la hermosa portada neoclásica de labrada piedra de cantería de la misma, el resto está muy modificado y no se corresponde con la estética originaria del edificio.

El espacio de la antigua capilla, -actualmente un patio- es un rectángulo paralelo a la línea de fachada de regulares dimensiones, con muros perimetrales construidos de mampostería, ladrillos y tapial, postes interiores de piedra y ladrillos, sobre los que descansaban arcos fajones de medio punto de ladrillos, y estaba cubierta por un forjado de bóvedas de aristas extremeñas, construidas con la técnica de “rosca” los ladrillos que eran cuadrados, estaban puestos de canto.

La hermosa portada de cantería, tiene las jambas cajeadas montadas sobre unas basas, cornisa en la línea de impostas y arco de medio punto igualmente cajeado, entablamento liso con cornisa y encima, se ubica una hornacina con concha, y está coronada por un inmenso escudo episcopal, perteneciente al Obispo que hizo la fundación, la antiquísima puerta con herrajes probablemente es coetánea a la construcción.