Construido en el año 1765, tiene como curiosidad que la esquina derecha de sus lienzos de muralla es semicircular, formando lo que en términos de ingeniería se denomina unorejón.
En este baluarte murió el General Rafael Menacho en 1811 en plena batalla, defendiendo heroicamente la ciudad ante el asalto de las tropas francesas de Napoleón en la Guerra de la Independencia.
Tras su muerte el Brigadier Imaz entregaría la ciudad, que se mantuvo en poder francés hasta que en 1812 fue tomada por el ejército inglés de Lord Wellington.
En memoria del General Menacho, cuyos restos descansan en el mausoleo del claustro de la Catedral, fue erigido en 1893 un obelisco de mármol con cuatro leones en las esquinas.