Se halla en un extremo del pueblo. Su definición artística es difícil de determinar, aunque por la portada podemos datarla en el XVIII. La ermita existía ya en el XVI. La fachada presenta la misma estructura que el resto de las ermitas de Berlanga. Está flanqueada por dos pilastras adosadas, de grosor más ancho que los pares que están situados en la portada. Éstos, a su vez están rematados por pináculos. La diferencia con las ermitas está en que la que nos ocupa es más baja y da un aspecto de mayor anchura. El interior es de una sola nave con dos tramos separados por arcos formeros de medio punto. El Presbiterio está cubierto con bóveda de media naranja, adornada con yesería. Es la bóveda más adornada de todas. Los adornos son ocho óculos, dos de ellos abiertos, de ellos salen volutas y líneas que los complementan. Por el exterior está cubierta con un tejado a ocho aguas. En ella se encuentra la imagen de la santa, de madera policromada. Procesiona el día tres de mayo, festividad de la Cruz. Las calles que poseen cruz hacen hogueras. Está comprobada una tradición de hogueras en los cerros, que data del siglo XVI, muy probablemente sean estas candelas.