Siguiendo los modelos típicos de la arquitectura rural de este tipo de edificios religiosos, la Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, antes bajo la advocación de Santa María La Nueva (es de suponer una Vieja ¿Los Mártires?) muestra en cada uno de sus elementos paralelos formales con el resto de obras extremeñas de tal índole. Es una construcción de medianas proporciones levantada prácticamente en su totalidad a finales del siglo XV por el último maestre la Orden de Alcántara D. Juan de Zúñiga, promotor de la obra, con fábrica de mampostería y sillares en sus contrafuertes.
A la planta elemental, se le han ido añadiendo con el paso del tiempo abundantes cuerpos laterales o capillas abriéndose para ello espacios entre los contrafuertes.
Son especialmente significantes, pues rompen con la armonía arquitectónica, las crujías adosadas al muro de la Epístola.
De los elementos más significativos cabría señalar las portadas, entre las que destacan, de las tres, la de los pies y Evangelio.