Su origen data de la llegada de los romanos a Mérida. En Esparragalejo se asentó un campamento militar permanente, abastecido por esta presa y un acueducto del que apenas quedan restos.
La presa se abastece del arroyo de la Albuera. Conocida desde hace tiempo sigue utilizándose hasta nuestros días. Ha sufrido a lo largo de su existencia varias reparaciones, la última en 1959, dentro del marco del plan Badajoz.
Sus principales rasgos arquitectónicos son la inclinación hacia el interior que tiene en el centro del dique y los trece contrafuertes que posee, formando entre todo, y desde una vista aérea, la imagen de un puente tendido.
Aparte de su uso para acumular y abastecer agua , alojó en su interior un molino de piedra, situado en el centro de la presa y que antaño fue utilizado para la molienda del grano.
Este humedal es un importante lugar de avistamiento de aves.