Del siglo XV se conocen las primeras noticias escritas. Primitivamente se construyó siguiendo el modelo de planta basilical dividida en tres naves que se materializaban mediante arcos. La prolongación de la nave central dio lugar al presbiterio. En aquel entonces, el altar mayor y la antigua sacristía, eran las únicas abovedadas, mientras que el cuerpo de la iglesia era de simple techumbre de madera. En la construcción se utilizaron todo tipo de materiales, destacando algunos restos romanos. En el siglo XVI se rematan algunas de sus partes, instalándose en una torrecilla el reloj de la villa. A mediados de este siglo se instaló un retablo en el altar mayor consagrado a san Pedro. Este retablo fue sustituido, a mediados del XIX. En el siglo XVII, parte de la parroquia es remodelada, desapareciendo el gusto basilical y la techumbre, sustituida ésta por una gran bóveda de cañón con lunetos en los laterales. Del siglo XVIII es la capilla del Rosario, con la gran cúpula.