Es el último de los tres en que se asientan la población de Segura de León y su entorno. Junto con el paraje de Los Molinillos y Los Llanos de Santa María es lo queda del antiguo ejido comunal. Se halla cubierto por una abundante vegetación de aulagas en flor en primavera, zarzales, escobas, retamas y árboles como olivos, membrilleros, pinos, restos de antiguas viñas, etc. En algunos sectores bajos se extraía arcilla para los cercanos tejares. En su cima aflora una acumulación rocosa, en la que destaca la conocida como piedra del tambor, una piedra movediza sobre una oquedad, que le sirve de caja de resonancia al ser removida y golpeada.
Sólo se accede en coche hasta un poco más de la mitad del cerro. El resto del acceso a la cima, se puede hacer a pie por sendas de dificultad media. El premio de la subida es la contemplación de un extraordinario panorama paisajístico sobre todo a levante, norte y oeste.