Está fechado, según el año que aparece en la verja de entrada, en 1908. Popularmente es conocido como “Casa de Catón”, nombre del pintor que lo habitó.

Su fachada ha sido diseñada para ser vista desde varias calles y se ha utilizado el chaflán (aplanamiento de la esquina) para hacerla más vistosa.

Al igual que en otros palacios de la ciudad, la cabeza de león decora la parte superior de puertas y ventanas, que simbolizan nobleza y grandeza.

La puerta de entrada tiene una composición decorativa a base de motivos vegetales, y los pomos de la puerta tienen una figura parecida a un pez,  que simbología cristiana representa a Cristo. En el zaguán aún se conservan los zócalos originales de la época, así como la forja de la reja de entrada.

Desde el exterior se pueden contemplar las pinturas murales que engalanan el techo, que describen figuras geométricas y vegetales y que también están presentes en otras dependencias.

En la parte trasera del palacio se encontraban las cuadras y una casa que probablemente estuviera dedicada al servicio.

A lo largo de su historia, el palacio también ha servido como refugio de republicanos en la Guerra Civil y después, paradójicamente cuartel  o sindicato de la Falange.

Recordados son aún los bailes que se organizaban mediante el pago de una entrada en el patio, así como las clases particulares y la consulta del médico.