Se encuentra situado a unos 2 km de la localidad y corresponde a un paraje con flora y fauna mediterránea, especialmente encinas y jaras en cuanto a vegetación y con afluencia en el paisaje de grandes masas de rocas graníticas, llamadas batolitos.
Existen evidencias arquitectónicas de la práctica continua de cría de ganado: corrales, chozos y divisiones del terreno. Lo más impresionante del lugar son los propios batolitos, los cuales han adoptado formas muy impactantes, como la “Piedra del Niño Dios” desde donde puede contemplarse gran parte de la comarca de los Llanos de Olivenza. Durante varios siglos este espacio también fue utilizado de cantera, seguramente para los edificios de Valverde de Leganés.