Para Castilblanco el artista centra el enfoque del mural en los elementos más destacados del pueblo en lo que respecta a su arquitectura. En el mural se puede encontrar la Iglesia de San Cristóbal, con estilo mudéjar, un edificio icónico de la población debido a su antigüedad y las remodelaciones que ha sufrido a lo largo de los siglos.
Por otro lado, se observa también la ermita de San Matías, dedicada exclusivamente al santo que le concede su nombre. Lugar que toma protagonismo durante la festividad de Los Ranchos y adquiere una decoración vistosa con mantones de manila en los techos y ramas rancheras sobre el suelo.