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Edificio religioso

HISTORIA DEL TEMPLO
A mediados del siglo XVII, en torno al año 1664, un vecino de la ciudad de Almendralejo llamado Fernando Nieto Becerra “movido de caridad y devoción”, junto con su esposa Juana Alvarado Mendoza y la hermana de esta, Leonor, se comprometieron a edificar el convento y la iglesia de San Antonio de Padua a su costa y a que las rentas provenientes de una Obra Pía fundada sobre sus bienes pudieran mantener la comunidad de Franciscanos Descalzos instalados en el convento.

Los fundadores fallecieron a los pocos años. Se enterraron en la Parroquia de la villa a la espera de que se construyera este templo. A finales del año 1697 se había terminado la iglesia, cuya portada lleva inscrito el año 1694. El 25 de noviembre de 1717 se trasladaron los cuerpos a esta sepultura, la cual se encuentra ubicada juntoa las gradas del Altar Mayor. Los padres Franciscanos Alcantarinos, de la provincia de San Gabriel “infra Tagum”, se instalaron en el recién construido convento de San Antonio de Padua, procedentes del convento de Ntra. Sra. de la Luz en la villa portuguesa de Moncarche, junto a Alconchel, convento y villa destruidos por los portugueses en su guerra de la Independencia.

El 14 de septiembre de 1698 se colocó en la iglesia el Santísimo Sacramento con gran solemnidad (Festividad de la Exaltación de la Cruz de hace 300 años: no deja de ser significativo que ahora lo estemos recordando ante el Cristo clavado en la Cruz, muriendo, el Santísimo Cristo de la Buena Muerte). Sin embargo, el convento no se dio por terminado de manera oficial hasta el año 1785. Cincuenta años después, el 28 de septiembre de 1835 se cerró definitivamente el convento, debido a las Leyes Desamortizadoras; los frailes habían sido expulsados unos días antes.

El edificio del convento tuvo después varios destinos en manos de distintos propietarios (fábricas de alcohol y de harinas, cine, colegio “Ntra. Sra. de la Piedad”, etc…); la mayor parte del mismo, después de haber estado mucho tiempo en ruinas, ha sido felizmente recuperado como Casa de la Cultura y el Conservatorio Oficial de Música. La iglesia quedó casi abandonada y surgió un sacerdote ejemplar, Jerónimo Carballar, que en el primer cuarto de nuestro siglo mantuvo el templo en pie, con las reparaciones necesarias, construyó la casa de la ermita (año 1901, en su fachada), fundó asociaciones religiosas (Orden Terciaria, Pan de los Pobres) y difundió incansable el culto a San Antonio de Padua.

Después de su muerte, en 1926 las diversas circunstancias de nuestra historia provocaron de nuevo el abandono de la iglesia, hasta que en los años 50 surgió otra persona ejemplar, Francisca Calero García, Presidenta de la Hermandad de San Antonio, desde su fundación en 1954 hasta su fallecimiento en el año 1998. Aquí vivió aquella comunidad de Franciscanos hasta 1835, que tuvieron que abandonar el convento por causa de la Desamortización de Mendizábal.

El 14 de abril de 1993, la Consejería de Medio Ambiente, Urbanismo y Turismo, de la Junta de Extremadura, declaró Bien de Interés Cultural con definición de Entorno de Protección al monumento integral. El 21 de febrero de 2022, la Santa Sede, a través de la Penitenciaría Apostólica, concedió el don de la Indulgencia Plenaria a los fieles que visiten este templo, gracias al vínculo espiritual de afinidad establecido con la Basílica Papal de Santa María la Mayor de Roma, el cual fue decretado el 22 de febrero de 2022, convirtiéndose en un Templo Jubilar Perpetuo. Un año después, el 17 de mayo, Monseñor Don Celso Morga Iruzubieta, Arzobispo de Mérida-Badajoz, declaró Santuario Diocesano a esta Iglesia Conventual de San Antonio de Padua. El Santuario pertenece a la jurisdicción de la Parroquia de Ntra. Sra. de la Purificación.
 

ARTE
El templo tiene planta de cruz latina con crucero y cabecera cuadrangular. Posee una nave cubierta por bóveda de cañón achaparrada con arcos fajones y el crucero con cúpula de media naranja sobre pechinas con linterna en el centro. Sus bóvedas están bastante elevadas, mide 30 metros de largo por 7,30 m. de ancho, siendo las medidas del crucero de 16,30 m. Tras el retablo mayor hay un camarín, que debió ser magnífico a juzgar por los restos de sus pinturas murales. El suelo aún conserva los azulejos originales.

El piso del templo desde su entrada principal hasta el crucero, está cubierto de humildes sepulcros franciscanos: ochenta y una tumbas con losa de granito, en las que no hay más inscripción que un número de orden, que guardan los restos de religiosos Alcantarinos que vivieron sirviendo al Señor en esta fundación magnífica.

Tiene tres retablos muy valiosos, del siglo XVII. El del Altar Mayor, de la época de la fundación, de estilo churrigueresco, además de la imagen de San Antonio de Padua, bajo cuya advocación está el templo, tiene a ambos lados las imágenes de San Francisco de Asís y San Pedro de Alcántara. En el cuerpo superior se encuentran tallas de la Inmaculada Concepción -en el centro- de San Fernando y San Juan Evangelista, santos de los nombres de los fundadores. Todas las tallas son de admirable ejecución.
 

CULTO
El templo permanece abierto todos los días del año, mañana y tarde. Los domingos se celebra la Santa Misa, a las 10:00 horas. Así mismo, se celebran los Trece Martes de San Antonio de Padua, la Novena en su Honor y la Procesión el día de su festividad. El paso de los feligreses por el Santuario es continuo durante todo el día. En este templo tiene su Sede Canónica la Hermandad de San Antonio y la Franciscana Hermandad y Cofradía de Penitencia del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y la Santa Vera Cruz. La Hermandad de la Buena Muerte, todos los Jueves Santo, de 12 del mediodía a 3 de tarde realiza el acto de “El Rezo de los Tres Credos”. Además, en la madrugada de Jueves a Viernes Santo, realiza su Estación de Penitencia (Vía Crucis), con la Venerada imagen del Santísimo Cristo de la Buena Muerte. 

La imagen del Santísimo Cristo de la Buena Muerte, según algunos restauradores, podríamos decir que data del siglo XVIII. No se tiene constancia de su autor, pero estudiando sus detalles y según expertos, se le podría atribuir al “Círculo Artístico de Jerónimo de Valencia”. Se trata de un Cristo muerto, con la cabeza inclinada hacia su derecha, clavado en una cruz, y con diferentes llagas; de gran valor artístico. Transmite una gran paz y serenidad, y es muy venerado por todos los feligreses. La imagen está compuesta por cinco piezas y un sudario. El material utilizado es principalmente pasta de papel y cola animal. Tiene una gran variedad de colorido en óleo bruñido. Sus medidas son de 1,50 m. de alto por 1,10 m. de brazo a brazo. La talla ha sufrido varias restauraciones, siendo la última y más cercana en el año 1990, a cargo de Luis Peña Maldonado y Fernanda Zapata Castillo, vecinos de la localidad pacense de Llerena. Parece ser que la imagen ha sido restaurada anteriormente, aunque no existe documentación al respecto. El motivo de su última restauración ha sido el gran deterioro causado por el paso del tiempo, calcinaciones motivadas por el calor de las velas, resquebrajaduras repintes, desprendimientos, etc. La restauración duró dos meses.

El Cristo se encuentra afianzado sobre una cruz de sección circular tallada. Los remates de las puntas están dorados con oro de 22 quilates, y posee una cartela situada en la parte superior de la cruz con la inscripción de “Jesús Nazareno Rey de los Judíos” en diferentes lenguas (hebreo, griego y latín). Sobre la cabeza del Cristo se apoyan una corona de espinas y tres potencias de plata con la inscripción “J H S”, sustituyendo a las anteriores potencias, con dibujo de una estrella de ocho puntas, desaparecidas en el año 1992. Por último, destacar como curiosidad, la posibilidad de observar en el estómago del Cristo su propio rostro.

SAGRADAS RELIQUIAS
Este Santuario posee como un tesoro espiritual una Sagrada Reliquia de San Francisco de Asís y otra de San Antonio de Padua, propiedad de la Franciscana Hermandad de la Buena Muerte y la Santa Vera Cruz. Ambas Reliquias se encuentran junto a la Capilla del Santísimo Cristo de la Buena Muerte. La Sagrada Reliquia de San Francisco de Asís, 1er grado, (CINERIBUS CORPORIS), fue concedida el 29 de octubre de 2016, por la Orden de Frailes Menores Conventuales de la ciudad de Roma (Italia).

El 19 de marzo de 2017, el padre Fr. Luis Enrique Arieta, perteneciente a la Orden de Frailes Menores, OFM, de la Provincia de la Inmaculada Concepción de Ávila, hizo entrega de esta Sagrada Reliquia. La Sagrada Reliquia de San Antonio de Padua, 1er grado, (EX OSSIBUS), fue concedida el 2 de febrero de 2021, por la Orden de Frailes Menores Conventuales de la ciudad de Roma (Italia). El 13 de junio de 2021, el padre Fr. Antonio Arévalo Sánchez, Secretario de la Provincia de la Inmaculada Concepción, OFM, Madrid, hizo entrega de esta Sagrada Reliquia.
 

TEMPLO JUBILAR PERPETUO PETICIÓN AL PAPA FRANCISCO, POR D. CELSO MORGA, NUESTRO ARZOBISPO Y DECRETO DE LA PENITENCIARÍA APOSTÓLICA
Basílica Papal de Santa María la Mayor de Roma. Vínculo espiritual con la Iglesia Conventual de San Antonio de Padua de Almendralejo, Diócesis de Mérida-Badajoz (Emeritensis Augustanus-Pacensis). España.
BEATÍSIMO PADRE: Celso Morga Iruzubieta, Arzobispo Metropolitano de Mérida-Badajoz, con el parecer favorable del Eminentísimo Cardenal Arcipreste de la Basílica Papal de Santa María la Mayor, eleva sus humildes súplicas a Vuestra Santidad para que se digne conceder el don de la Indulgencia Plenaria a los fieles que visiten devotamente dicha Iglesia Conventual de San Antonio de Padua de Almendralejo.


La unión espiritual, por medio de las oraciones y las buenas obras, con el principal Templo Mariano, a cuya semejanza se conceden los días enriquecidos
con la Indulgencia, nació para reforzar la comunión filial jerárquica con Vuestra Santidad, y a la vez el sentido de unidad católica, puesto que dicha unión es grata
para los fieles de la Iglesia extendida por toda la tierra.


LA PENITENCIARÍA APOSTÓLICA, en virtud de las facultades concedidas de modo especial por el Sumo Pontífice, con sumo agrado acepta la referida petición y concede la Indulgencia Plenaria, siempre que se cumplan debidamente las condiciones acostumbradas (Confesión Sacramental, Comunión Eucarística y oración por las intenciones del Sumo Pontífice) a los fieles que, verdaderamente arrepentidos, asistan devotamente a alguna función sagrada en la Iglesia Conventual de San Antonio.
a.- El día 5 de agosto, fiesta titular de la Basílica Santa María la Mayor.
b.- El día 13 de junio, fiesta titular de la iglesia conventual de San Antonio de Padua.
c.- En todas las Solemnidades de la Virgen: (1 de enero -Santa María, Madre de Dios-; 25 de marzo -Anunciación del Señor-; 15 de agosto -Asunción de la Virgen a los Cielos-; 8 de diciembre -Inmaculada Concepción-).
d.- Una vez al año, en el día que libremente elija cada fiel.
e.- Cuantas veces acudan en devota peregrinación colectiva.
 

38.684516917016, -6.4048362622057

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