Situado entre el Baluarte de San Vicente y el de Santiago.
Cuenta con unas plataformas defensivas, de 1770, y con las típicas aspilleras que permitían la defensa del baluarte desde las galerías interiores.
Son también muy notables las garitas de vigilancia que presiden las esquinas, auténtico símbolo del Recinto Abaluartado de Badajoz.