Actualmente conocida como Ermita de San Roque, esta pequeña ermita fue erigida en el siglo XIII (1240), por los caballeros de la orden del Temple, con el nombre de San Blas, posteriormente San Mateo, convirtiéndose así en el edificio histórico más antiguo de la localidad.
Para su construcción los caballeros de la Orden del Temple, eligieron la legendaria ubicación de la Venta del Buey, como consecuencia del desarrollo de la riqueza agrícola, para controlar el Camino Real hacia la actual Belalcázar, así como otros caminos que iban hacia el Valle de Alcudia y el Camino de Lares.
En el interior nos encontramos con una sola nave sustentada por tres enormes arcos ojivales y techumbre de madera. El ábside de cabecera cuadrada cerrado con bóvedas de crucería está decorado con pinturas al fresco.
Posteriormente, en el siglo XVIII le fue añadido el porche sobre columnas y arcos de medio punto en la fachada de poniente.