En 1575 se autorizó por Real Cédula la fundación de un convento atendido por franciscanos, en las inmediaciones de la Puerta de la Villa (calle San Francisco). En la actualidad se conservan el claustro y la Iglesia, habiendo desaparecido la extensa huerta y el enterramiento.
La Iglesia es de una sola nave, con presbiterio, cuerpo general y una capilla de forma octogonal adosada al lado norte: techo de bóveda con cúpula en el crucero.