Data de 1534. De estilo mudéjar y construcción en piedra y ladrillo.
Como todas las obras del estilo, su planta es en forma de cruz. El cuerpo delantero se compone de una nave sujeta por grandes contrafuertes. La cabecera es un edículo de planta cuadrada y cubierta a cuatro aguas.
La nave delantera, prácticamente en ruinas fue restaurada a finales de los años 60, siendo inaugurada por el Cardenal Tarancón.
El edificio fue demolido en los 90 y los vecinos pudieron rescatar la imagen de Santa Ana, siendo conservada en su parroquia, en la calle Santa Juana.
Además, el edificio sirvió para realizar autopsias a los fallecidos en una losa de mármol blanco, que según testigos, los instrumentos se colgaban de la pared y era visible a través de ventanas.