En 1939 fue extraída esta estela decorada del muro de una huerta, propiedad entonces de don Juan Delgado de Torres. Años más tarde, tenemos documentación de que el Ayuntamiento se la regaló a don Eduardo Ezquer Gabaldón, quién la conservaba en la finca de su propiedad llamada El Ermitón. En la actualidad se encuentra expuesta en el Museo Arqueológico Nacional, en Madrid, constituyendo uno de los ejemplares más bellos entre todas sus análogas.
Es una estela de piedra arcillosa gris oscura de forma alargada en forma de cono piramidal. Está algo rota en su base y su parte superior. Sus medidas son de 1, 42 metros de altura por 0, 35 de anchura en su base y 0, 32 de grueso máximo.
La decoración que aparece grabada en ella corresponde a la figura de un guerrero con casco de cuernos, sus armas, lanza, puñal o daga, escudo y otros elementos como un espejo, y algún elemento que desconocemos representado mediante pequeñas cazoletas.
La figura del guerrero y en general todos los elementos decorativos, están representados mediante simples líneas, características formales de este arte.
A pesar de la problemática que supone, a estas manifestaciones del Bronce Final se les viene situando cronológicamente en un marco temporal que abarca desde el siglo XI a. C. para las primeras con reminiscencias atlánticas, hasta los siglos VIII y VII a. C. para las más recientes y de influencia oriental.
Una réplica a escala se puede ver junto al Ayuntamiento de Magacela.