A escasos 3 km de Valverde de Leganés en dirección Olivenza se encuentra el Convento Franciscano de la Madre de Dios, el cual tuvo una relación muy estrecha con la localidad y con varias localidades del vecino reino de Portugal.
Según la tradición fue fundado en el siglo XVI por el propio San Pedro de Alcántara, quien habitó el propio Convento durante 11 años. El edificio presenta una gran iglesia de bóveda de crucería decorada con rico y coloridos estucos.
En la parte del presbiterio era presentada por medio de una hornacina la imagen de Nuestra Señora de la Encarnación, la cual, según la tradición, fue regalada a Valverde de Leganés por Enrique de Coimbra, obispo de Ceuta y residente en Olivenza en la primera mitad del siglo XVI. Tras esa hornacina se encuentra un espacio cuadrangular rematado por cúpula semicircular que funcionaba de camarín.
Cabe destacar, sin duda, la capilla, un impresionante espacio de nave única en tres tramos, en el que la bóveda estrellada del altar mayor tiene un enorme protagonismo, junto al camarín de la virgen al que se accede mediante una escalera situada en la parte izquierda del altar mayor. El camarín se cubre con una cúpula semiesférica que aún conserva la policromía de sus pinturas.
El exterior del conjunto se caracteriza por su sobriedad y el uso de materiales humildes. Se completa con la zona del huerto, donde se conserva un estanque y otros elementos para el abastecimiento de agua.
El mismo ha sido recientemente rehabilitado y en sus paredes se pueden apreciar pinturas que representan los cuatro evangelistas y algunos hechos de la vida de San Pedro. Del edificio conventual se conserva un pequeño claustro construido en ladrillo y varias estancias dedicadas a la residencia de los monjes. Durante el siglo XIX y XX este Convento ha sido reutilizado con múltiples labores para ganado, almacén de grano, etc...