De forma cónica casi perfecta, este cerro parece emerger hoy de las aguas azules del embalse de la Serena.
La "montaña mágica", como algunos le llaman, rápidamente cautiva a quien lo contempla: parece que haya sido sacado de un cuento fantástico.
Este capricho de la geología, fruto un poco del devenir del río Guadalemar en su desembocadura con el Zújar, ha sido equivocadamente calificado por algunos como de origen volcánico, pero lo cierto es que de volcán sólo tiene la forma.
¿Y su nombre?. Pues también ha sido objeto de especulaciones lingüísticas, aunque la morfología del propio cerro delata su significado: masa trigo, es decir, montón de trigo.
No hay más que recordar la forma que tenían los montones de grano, cuando se cribaba en las eras.
Por tanto lo de "mas altivo" lo dejaremos como anécdota.